La problemática sobre el desempleo juvenil genera reacciones en diferentes instituciones y personas que buscan mejorar las oportunidades laborales para los jóvenes. Conoce más sobre este tema en el siguiente artículo escrito por Isabella Cortés publicado en la página "última palabra".
La imagen fue recuperada de:http://equipo5af3.wordpress.com/pbl-busqueda-de-empleo/
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Desempleo juvenil en el mundo
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ofreció unos datos que deben ser motivo de especial atención. El mundo enfrenta una crisis del empleo cada vez más grave; los jóvenes tienen tres veces mayores probabilidades de estar desempleados que los adultos.
La OIT en su informe al respecto establece que existe un riesgo real, en el sentido de tener una generación de trabajadores jóvenes, que esté destinada al alto desempleo, creciente inactividad y trabajo precario, especialmente en países desarrollados.
La OIT en su informe al respecto establece que existe un riesgo real, en el sentido de tener una generación de trabajadores jóvenes, que esté destinada al alto desempleo, creciente inactividad y trabajo precario, especialmente en países desarrollados.
La crisis económica actual ha golpeado con fuerza a este sector. De los 211 millones de desempleados que había en 2009, cerca del 40 por ciento (alrededor de 81 millones) tiene entre 15 y 24 años de edad. Además, millones de jóvenes en todo el mundo están atrapados en empleos temporales y eventuales que ofrecen pocas o nulas prestaciones y limitadas posibilidades de promoción.
El asunto es de suma importancia, pues los estudios más serios han señalado que lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decoroso para todos, incluidos los jóvenes de forma relevante, constituye una de las metas fundamentales para erradicar la pobreza extrema y el hambre.
Sin embargo la tendencia es contraria, de hecho la crisis mundial en la oferta laboral, observa como dato duro la enorme dificultad que los jóvenes tienen para ingresar y permanecer en el mercado laboral. Los jóvenes son tres veces más propensos que los adultos a quedarse sin trabajo.
En América Latina la tasa de desempleo juvenil aumentó de 14.3 a 16.1 por ciento entre 2008 y 2009. De acuerdo con datos de la OIT, alrededor de 16 millones de trabajadores jóvenes en la región tienen empleos precarios.
Por otra parte, el porcentaje de trabajadores jóvenes (de 15 a 19 años) que participan en la economía informal en las zonas urbanas, de ciudades latinas, aumentó 5.3 puntos porcentuales entre mediados de 2007 y mediados de 2009 para llegar a 52.3 por ciento
Esta situación de desempleo empeora aún más por el gran número de jóvenes involucrados en empleos de mala calidad y mal remunerados. No podemos olvidar que el desempleo y el subempleo juveniles resultan en oportunidades perdidas en términos de crecimiento económico y desarrollo para un país.
Es cierto que la crisis actual se caracteriza por ser de gran escala, cuyo epicentro no se ubica en América Latina sino fuera de la región, y es de naturaleza sistémica, pero eso no obsta para intentar mejoras y apoyos que ayuden a atemperar la situación del empleo en América Latina.
Latinoamérica sigue siendo el continente más desigual del mundo, por tanto es más apremiante responder adecuadamente a la crisis. Las luces rojas en torno de una presión social que pueda salir de control es una realidad.
Urgen apoyos inmediatos, propuestas de solución. Hasta ahora los candidatos a la Presidencia en México, han sido bastante huecos en su evaluación y pobres en sus ofertas de soluciones para atender el tema del empleo para los jóvenes.
Si pretenden convencer a ese amplio sector de potenciales votantes, tienen apenas ya tres semanas para hacer las propuestas más efectivas y viables. No se trata desde luego de entrar a un concurso de retórica y populismo. Se exige responsabilidad y seriedad para atender el problema.
El asunto es de suma importancia, pues los estudios más serios han señalado que lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decoroso para todos, incluidos los jóvenes de forma relevante, constituye una de las metas fundamentales para erradicar la pobreza extrema y el hambre.
Sin embargo la tendencia es contraria, de hecho la crisis mundial en la oferta laboral, observa como dato duro la enorme dificultad que los jóvenes tienen para ingresar y permanecer en el mercado laboral. Los jóvenes son tres veces más propensos que los adultos a quedarse sin trabajo.
En América Latina la tasa de desempleo juvenil aumentó de 14.3 a 16.1 por ciento entre 2008 y 2009. De acuerdo con datos de la OIT, alrededor de 16 millones de trabajadores jóvenes en la región tienen empleos precarios.
Por otra parte, el porcentaje de trabajadores jóvenes (de 15 a 19 años) que participan en la economía informal en las zonas urbanas, de ciudades latinas, aumentó 5.3 puntos porcentuales entre mediados de 2007 y mediados de 2009 para llegar a 52.3 por ciento
Esta situación de desempleo empeora aún más por el gran número de jóvenes involucrados en empleos de mala calidad y mal remunerados. No podemos olvidar que el desempleo y el subempleo juveniles resultan en oportunidades perdidas en términos de crecimiento económico y desarrollo para un país.
Es cierto que la crisis actual se caracteriza por ser de gran escala, cuyo epicentro no se ubica en América Latina sino fuera de la región, y es de naturaleza sistémica, pero eso no obsta para intentar mejoras y apoyos que ayuden a atemperar la situación del empleo en América Latina.
Latinoamérica sigue siendo el continente más desigual del mundo, por tanto es más apremiante responder adecuadamente a la crisis. Las luces rojas en torno de una presión social que pueda salir de control es una realidad.
Urgen apoyos inmediatos, propuestas de solución. Hasta ahora los candidatos a la Presidencia en México, han sido bastante huecos en su evaluación y pobres en sus ofertas de soluciones para atender el tema del empleo para los jóvenes.
Si pretenden convencer a ese amplio sector de potenciales votantes, tienen apenas ya tres semanas para hacer las propuestas más efectivas y viables. No se trata desde luego de entrar a un concurso de retórica y populismo. Se exige responsabilidad y seriedad para atender el problema.
Escrito por: Isabella Cortés.
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